domingo, 22 de octubre de 2017

7 piezas para instrumentos de juguete (o juguetes de instrumentos)(2003-2004)

7 piezas para instrumentos de juguete (o juguetes de instrumentos)
(mayo 2003 a febrero 2004)
de Ricardo Teruel

 
Son siete piezas cortas (entre 2' y 5') para dos ejecutantes tocando juguetes plásticos musicales que incluyen juguetes de piñaterías y otras tiendas de juguetes o deportes (como silbatos, ocarinas pequeñas, flautas de carrizo, flautas de vara, toc-tocs, castañuelas, palmetas, tambores de marco con percutores colgantes, raquetas de playa con membranas como tambores, matracas de diversos tamaños y frisbees).


Ambos ejecutantes tocan el mismo tipo de instrumentos en cada pieza, creando ritmos y texturas más complejas y una espacialización estereofónica en algunas de las piezas.

En la Pieza Nº 2 se utiliza un instrumento de mi invención, que denominé el toc-toc-tero que es un grupo de 5 toc-tocs ensartados por su mango por un alambre de gancho de ropa que termina en ambos extremos en un corcho. El ejecutante lo toca sentado, con el instrumento entre ambas piernas abiertas apretando los corchos y con las manos sacude o le da golpes de dedos a los toc-tocs. Los toc-tocs se han afinado recortando las campanas.

La Pieza Nº 5 es para dos raquetas de tenis de playa con membranas plásticas que se tocan con baquetas fabricadas con pelotas pequeñas de goma con bastante rebote ensartado en un alambre de gancho de ropa. La sonoridad es casi de un tímpani.

La Pieza Nº 6 es para seis matracas plásticas en dos juegos de tres matracas cada uno. Las matracas son de diferente tamaño y se sostienen en una mano,entre los dedos extendidos, mientras se accionan con la otra.

La Pieza Nº 7 es para dos frisbees plásticos tocados con la misma baqueta de la pieza nº 5 y soplan cada uno un silbato plástico en forma simultánea. A uno de los silbatos se le perforó un agujero en el cuerpo para lograr una afinación más aguda que el otro silbato sin perforación.

Además de ser piezas vistosas e ingeniosas tienen una profundidad musical y un carácter íntimo que sorprende.



Esta grabación la realicé tocando ambas partes en pistas separadas. No fue fácil lograr la sincronización y estoy seguro que entre dos músicos, que hayan estudiado bien las piezas, se conseguiría un mejor resultado y además sería más entretenido hacerlo. Sin embargo tampoco es una mala aproximación a la obra.





En el año 2002, luego de varios años intentándolo, Emilio Mendoza me convence para hacer la Maestría en Música, Mención Composición en la Universidad Simón Bolívar, mi Alma Mater como ingeniero electrónico (egresado en enero de 1979). Ya tenía 26 años de ejercicio profesional como compositor, tanto trabajando música instrumental como con medios electrónicos y siempre investigando y estudiando nuevas posibilidades.

La idea era que obteniendo el título de la Maestría podría ingresar en la USB como profesor a tiempo completo de la Maestría y el pre-grado, encargándome del Laboratorio de Música Digital y los talleres y clases de tecnología y programación musical.

Obtuve el título pero de mi contratación nada.

Antes de aceptar inscribirme conversé con Diana Arismendi, en ese momento Coordinadora de la Maestría, quien me explicó que como requisito de grado tendría que componer 3 obras nuevas: 1 para un instrumento solo, 1 de música de cámara y 1 orquestal. Como ya tenía varios proyectos de composición en espera no quería componer sólo como requisito de un grado y le pregunté si aceptaría que compusiera como obra solista las Piezas 6, 7 y 8 para mi Cuaderno Nº1 de piezas para concertina inglesa tenor sola, como obra orquestal el Concertino Nº2 para concertina inglesa tenor y orquesta compacta (uno músico de cada fila, una orquesta pequeña de cuerdas y bajo eléctrico) y como obra de cámara una serie de piezas para dos ejecutantes tocando juguetes plásticos musicales que había estado coleccionando. Había retomado la ejecución de la concertina inglesa como instrumento acústico portátil y muy versátil y quería generarle repertorio que explotara sus posibilidades y estaba explorando la fabricación de instrumentos propios con materiales reciclados y comprados en ferreterías y supermercados. Diana me respondió que no había problema y como el estudio de la maestría no me iba a desviar de mis intereses como compositor tomé la decisión de inscribirme y completar el grado. El otro requisito importante era el Trabajo de Grado, y aceptaron que lohiciera sobre las obras para Público Voluntario que había venido desarrollando en papel y en concierto desde el año 1977.

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